El año de las enseñanzas
- MTenCorto
- 27 dic 2020
- 2 Min. de lectura

Este será un post de reflexión, y es que no quiero quejarme más de este año, que si bien no ha sido lo que esperábamos, la mayoría de nosotros, tampoco ha sido en vano. Este año ha sido, el año de la enseñanza.
Tras un parón en seco para todos nosotros hace ya 9 meses (en algunos países más en otro menos), después de confirmarse que nos encontrábamos frente a una pandemia, ahí estábamos, enfrentándonos a un nuevo reto en todos los niveles, laboral, económico, social, familiar, personal y emocionalmente.
Muchos perdimos personas cercanas, otro pasamos por sustos grandes al vernos cerca de esa situación, otros enfrentamos nuestros miedos en soledad, los casos de ansiedad y depresión se dispararon, y es que, no estamos hechos para el encierro, sino para extender las alas, volar, conocer, experimentar...
En medio de todo el caos de este año, encontré mi fuerza, principalmente en Dios, pero por otro lado, en mis sueños y anhelos; uno de ellos, este, que ya estoy compartiendo con ustedes y es que, nuestros sueños y afectos son los que nos dan motivo para continuar en la lucha día a día.
Hoy, comparto con ustedes un sueño, con el que comencé hace ya 3 años, ( ¿o serán más?), pude realizar un largo viaje para formarme en lo que tanto deseaba, ser musicoterapeuta, y trabajar con la música en el campo clínico y hospitalario, así como en todo ambiente de terapia, pero como me dijeron una vez:
"las personas necesitan conocer algo para poder reconocer que era lo que les hacía falta"
Son muchos los peruanos y personas en el mundo que desconocen sobre la existencia y beneficios de la musicoterapia, y a ellos quiero llegar; este blog sólo es el comienzo de algo grande que me atreví a iniciar en este año. La pausa en el mundo exterior me ayudó a concretar cosas de mi mundo interior, y es mi deseo que este nuevo año, crezcamos en contenidos e interacciones, para seguir compartiendo con ustedes sobre todo esto.
Mi gratitud
Hoy, quiero hacer pública mi gratitud a todos quiénes se interesaron en la musicoterapia este año, a todos los padres que me confiaron la música en la vida de sus hijos, a los que confiaron en que les diera sesiones de musicoterapia, a mis chicos y no tan chicos que también confiaron en mí y cantaron conmigo, a los estudiantes de psicología y de educación con quienes compartí sobre los beneficios de la musicoterapia, a quienes hicieron posible compartir la serie de 8 videos de "Hablemos de Musicoterapia" con el Conservatorio de Música de mi ciudad, a las redes que me pidieron dar talleres, a los canales de radio y televisión por las entrevistas, a mi Pin que siempre me acompaña, a mi music therapy partner, Lauri, a las amistades que continuaron aún en la distancia, a la familia, y a ustedes que están desde el otro lado, leyéndome.
Que este nuevo año sea de más aprendizaje, que podamos concretar más planes, que podamos soñar más, viajar más; pero sobre todo sigamos viviendo, con música y con bienestar.
¡Feliz Año Nuevo!
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